Planta tu propio jengibre en casa

El jengibre es un tubérculo que ofrece grandes beneficios para la salud, aunque es una planta oriental, por su grandes beneficios se ha vuelto muy popular en todo el mundo, y aunque es fácil de conseguir en los supermercados, es considerada una planta exótica, por lo que puede llegar a ser muy costosa, es por eso que te mostraremos como puedes tener tu propio jengibre en casa.

El jengibre aporta un sabor muy característico y exquisito en las comidas y puedes consumirlo introduciéndolo en tus recetas clásicas, añadiéndolo a tu pastel favorito, agregándolo al curry para darle un sabor especial u hornear unas ricas galletas de jengibre para tus hijos.

Jengibre en casa, aprende cómo plantarlo

Aprende como plantar este generoso tubérculo, para que puedas disfrutar de los sabores de tu propio jengibre en casa, para ti y tu familia.

jengibre en casa

No creas que el jengibre, por su apariencia y origen, es una planta difícil de cultivar, la verdad es que plantar tu propio jengibre en casa, es más fácil de lo que imaginas, todo lo que necesitas es comprar un jengibre fresco en un supermercado, un frasco de compota y un sitio bien soleado para colocarlo, veras que fácilmente y con un poco de paciencia podrás disfrutar de ella cuando quieras, más pronto de lo que imaginas.

Sigue los siguientes pasos para que cultives tu propio jengibre en casa:

  • Primero que nada debes buscar un tubérculo de jengibre que sea gordo y con pocos brotes.
  • Planta el jengibre durante la primavera cuando las temperaturas sean cálidas y puedes hacerlo en interior o exterior. Recuerda que los tubérculos suelen germinar sólo cuando el mercurio llega de 75 a 85° F – (23 a 30° C)
  • Debes remoja los tubérculos en agua tibia durante la noche, y luego colócalos en una maceta justo debajo de la superficie de la tierra, no lo hagas muy profundo y déjales espacios de manera uniforme, siempre con los brotes hacia arriba.
  • Debes colocar la maceta en sombra y luz, siempre tomando en consideración la temperatura.
  • Colócales agua ligeramente al principio, luego con más frecuencia y fuerza cuando el crecimiento ya veas que comience. Es importante que mantengas las plantas secas en invierno, cuando están inactivas.
  • Solo mueve las plantas a exteriores cuando las temperaturas han alcanzado los 50° F. (10°C). y ten presente que en climas más fríos, el crecimiento puede detenerse, considerablemente.
  • Cuida tu nueva planta y protégela cuando haya vientos fuertes, y siempre que sientas señale de temperaturas frescas, muévela para el interior de tu casa.
  • Es importante que esperes que las plantas alcancen la madurez para utilizarlas, cuando veas que alcanzan una altura de 2 a 4 pies (de 30 a 60 cms.), están listas, ten paciencia, puede ser que la primera cosecha la tengas en 10 meses o un año.
  • Cuando tengas tu primera cosecha lista desentierra los brotes jóvenes que salen enfrente de las plantas principales, pues veras como se forman  nuevos tubérculos, y ya está listo para su uso, así que toma el que necesitas y congela el resto o plántalo nuevamente para hacer más grande tu sembradío casero.
  • Los tallos tiernos, puedes cortarlos en cualquier momento.