La fibromialgia es una enfermedad muchas veces confundida con la artritis, que afecta a un 4% de la población, especialmente a las mujeres entre los 40 y 50 años de edad. Produce dolores en las articulaciones y afecta los músculos, aunque sin inflamarlos. En el siguiente artículo te invitamos a conocer qué es y cómo se trata la fibromialgia.
Características de la fibromialgia
Se trata de una enfermedad o patología cada vez más extendida en todo el mundo. Es de diagnóstico difícil y los primeros síntomas no suelen ser tenidos en cuenta, porque se cree que es un mal movimiento, mal dormir, un esfuerzo, entre otros.
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por un dolor músculo-óseo generalizado, aumento en la sensibilidad y molestias en determinados puntos del cuerpo. Se localiza en zonas musculares sin mostrar daños aparentes en los estudios médicos, aunque el paciente presenta sensibilidad a los cambios de temperatura o contacto físico.
Está asociada a otros problemas de salud, como por ejemplo, rigidez matutina, depresión, ansiedad, cansancio, dolor de cabeza, dolor abdominal, calambres musculares, sensación de hinchazón (subjetiva) o mala calidad de sueño.
Las causas de la fibromialgia, así como también las formas en que esta patología se produce, aún no se conocen. Sin embargo, existen ciertas evidencias en relación a los mecanismos que podrían llegar a derivar en este problema:
- Desequilibrio en los neurotransmisores del sistema nervioso
- Alteración en los niveles de ciertas sustancias responsables de procesos neuroquímicos
- Disfunción en la llegada de flujo sanguíneo a ciertas estructuras cerebrales
- Base o predisposición genética
- Infecciones crónicas o víricas
- Procesos inflamatorios
- Enfermedades musculares
- Cuadros depresivos
Los síntomas más frecuentes de la fibromialgia están encabezados por el dolor, generalizado y crónico, con afección en ciertas zonas en particular, como puede ser el origen de las extremidades, alrededor de la columna vertebral, la cervical, los brazos, los hombros, la región lumbar, las caderas o los muslos.
El dolor es continuo y se siente más durante la mañana al levantarse, mejorando levemente a lo largo del día, aunque vuelve a empeorar en el atardecer y noche. El dolor se agrava si la persona permanece en una postura similar todo el día (como por ejemplo frente al ordenador), si levanta pesos, por los cambios climáticos y las emociones.
Otro de los síntomas frecuentes de la fibromialgia es el agotamiento psíquico y físico, durante muchos días y sin alivio aunque se descanse. También hay pacientes que presentan:
- alteraciones en el sueño
- rigidez muscular
- contracturas
- dolor de cabeza
- colon irritable
- intolerancia a ciertos fármacos
- ojos y boca secos
- extremidades frías
- aumento de sudoración
- dolor en la mandíbula
- palpitaciones ansiedad
- problemas de concentración y memoria
- inestabilidad
- espasmos musculares
- sensiblidad en el estómago
- calambres en las piernas
- sensación de hinchazón en pies y manos
- dolores intensos en la menstruación
- mareos.
Remedios caseros para la fibromialgia
Las hierbas y plantas con propiedades relajantes de los músculos son las más recomendadas para tratar este problema de músculos y articulaciones. Algunas de las recetas naturales más efectivas son:
- Prepara un té con dos cucharadas de tomillo seco y medio litro de agua. Bebe una taza a la mañana y la otra en el momento que desees o que los dolores comiencen a aparecer (por la tarde por ejemplo).
- Empapa un paño o tela de algodón en vinagre de manzana y aplicalos en la zona dolorida y afectada por la fibromialgia.
- Hierve durante cinco minutos una taza de agua y dos gramos de la corteza seca de sauce. Si no tienes este árbol en casa puedes conseguirlo en las casas naturistas o dietéticas. Bebe entre dos y tres tazas por día, comenzando en el desayuno. El sauce tiene salicina, igual que muchos analgésicos, por lo tanto, se reducirá el dolor.
- Consume dos cucharaditas de jengibre en polvo o rallado en un vaso de agua a temperatura ambiente. Bebe de manera inmediata. Repite otra vez en el transcurso del día.
- Realiza una decocción de 100 gramos de cola de caballo seca en un litro de agua, durante media hora. Retira del fuego, cuela y bebe dos tazas por día.